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¿Qué hacer si hay desacuerdo en las decisiones sobre los hijos?

La crianza de los hijos tras una separación o divorcio plantea numerosos retos. Uno de los más complejos surge cuando los progenitores, a pesar de tener vidas separadas, deben tomar decisiones conjuntas sobre el bienestar de los menores y no logran ponerse de acuerdo.

Desde la elección del colegio hasta decisiones médicas o religiosas, las discrepancias pueden paralizar la vida familiar. Como abogados de familia, a menudo nos preguntan: «¿Qué hago si mi ex no autoriza algo necesario para nuestro hijo?».

En este artículo explicamos la diferencia entre custodia y patria potestad, qué decisiones requieren consenso y qué vías legales existen para desbloquear estas situaciones.

Entendiendo la base: Patria Potestad vs. Guarda y Custodia

Para saber cuándo necesitas el consentimiento del otro progenitor, es vital distinguir dos conceptos legales:

Guarda y Custodia: Se refiere a la convivencia habitual y los cuidados diarios (con quién duerme el niño, quién le lleva al colegio, quién le da de comer).

Patria Potestad: Es el conjunto de derechos y deberes sobre los hijos. En la inmensa mayoría de los casos, la patria potestad es compartida, independientemente de quién tenga la custodia.

    Importante: Que tengas la custodia exclusiva no significa que puedas decidirlo todo. La patria potestad compartida implica que las decisiones trascendentales deben tomarse de mutuo acuerdo.

    Tipos de decisiones: ¿Cuándo necesito permiso?

    No todas las decisiones tienen el mismo peso legal. Podemos clasificarlas en dos grupos:

    Decisiones ordinarias (del día a día): Son aquellas que toma el progenitor que está con el menor en ese momento. Por regla general, no requieren consenso previo, siempre que no alteren la vida del niño de forma drástica ni haya una orden judicial en contra. Ejemplos: Qué ropa se pone, qué come ese día, ayuda con los deberes, actividades de ocio rutinarias.

      Decisiones extraordinarias (trascendentales): Estas decisiones afectan al desarrollo, salud o futuro del menor y requieren obligatoriamente el acuerdo de ambos progenitores.

      Ámbito educativo: Elección o cambio de colegio, modelo educativo, actividades extraescolares costosas o que ocupen mucho tiempo.

      Ámbito sanitario: Tratamientos médicos no urgentes, intervenciones quirúrgicas, tratamientos psicológicos, ortodoncias.

      Ámbito religioso: Realización de sacramentos (bautizo, comunión) o educación en una fe determinada.

      Cambio de residencia: Especialmente si implica cambiar de ciudad o país.

      Pasos a seguir ante el desacuerdo

      Si te encuentras ante una decisión trascendental y el otro progenitor se opone (o simplemente no responde), te recomendamos seguir esta hoja de ruta:

      Paso 1: Comunicación fehaciente

      El primer paso es intentar el diálogo. Si este falla, debes notificar tu intención de forma que quede constancia legal (por ejemplo, mediante un Burofax). Debes explicar qué quieres hacer, por qué es beneficioso para el menor y dar un plazo para responder.

      Paso 2: Mediación Familiar

      Antes de ir al juzgado, a veces es útil acudir a un mediador. Es un profesional neutral que ayuda a las partes a alcanzar un acuerdo sin imponer una solución. Es más rápido y menos agresivo que un juicio.

      Paso 3: La vía judicial (Jurisdicción Voluntaria)

      Si no hay acuerdo, la ley (Art. 156 del Código Civil en España) prevé un mecanismo específico: el Expediente de Jurisdicción Voluntaria.

      ¿En qué consiste? Se presenta una solicitud al Juez explicando la discrepancia.

      ¿Qué decide el Juez? Es crucial entender que el Juez no suele decidir «qué es mejor» (no decidirá si el colegio A es mejor que el B). Lo que hará el Juez es atribuir la facultad de decidir a uno de los dos progenitores para ese asunto concreto.

      El criterio: El Juez basará su decisión exclusivamente en el Interés Superior del Menor, escuchando a ambos padres y, si tiene suficiente madurez (o más de 12 años), al propio hijo/a.

        En resumen: Evita la «vía de hecho»

        Un error común es tomar la decisión unilateralmente «porque mi ex no contestaba» o «porque yo sé qué es lo mejor». Actuar por la vía de hecho (hacerlo sin permiso y sin autorización judicial) puede tener consecuencias graves, desde multas hasta cambios en el régimen de custodia.

        Si te encuentras en un bloqueo sobre una decisión importante para tus hijos, lo más prudente es asesorarte legalmente antes de actuar.


        ¿Tienes problemas para llegar a acuerdos sobre la educación o salud de tus hijos? Somos expertos en Derecho de Familia. Podemos ayudarte a notificar correctamente al otro progenitor o iniciar el procedimiento judicial necesario para desbloquear la situación.

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        Los 5 errores más comunes que cometen las parejas al enfrentarse al proceso de divorcio y cómo evitarlos

        Los 5 errores más comunes que cometen las parejas al enfrentarse al proceso de divorcio y cómo evitarlos:

        Los 5 errores más comunes que cometen las parejas al enfrentarse al proceso de divorcio y cómo evitarlos

        1. No buscar asesoramiento legal desde el principio: Uno de los errores más grandes que cometen las parejas al enfrentarse al divorcio es tratar de navegar por el proceso por su cuenta, sin buscar el consejo de un abogado. Es crucial entender que el derecho de familia es complejo y está lleno de matices que pueden ser difíciles de entender para una persona sin experiencia legal. Consultar a un abogado desde el principio puede ayudarte a comprender tus derechos y opciones, así como a evitar errores costosos.

        2. No priorizar los intereses de los hijos: Cuando una pareja con hijos se enfrenta al divorcio, es fundamental priorizar el bienestar de los niños por encima de cualquier disputa personal. Sin embargo, muchos padres cometen el error de utilizar a los hijos como armas en el proceso de divorcio o de no considerar adecuadamente sus necesidades emocionales y financieras.

        3. No recopilar y organizar la documentación adecuada: El divorcio implica una serie de cuestiones legales y financieras que requieren una documentación detallada y precisa. Sin embargo, muchos cónyuges no recopilan ni organizan adecuadamente la información necesaria, lo que puede complicar el proceso y retrasar la resolución del caso. Recopila documentos relevantes como declaraciones de impuestos, estados de cuenta bancarios, registros de propiedad y mantén toda la información organizada.

        4. No considerar todas las opciones de resolución: Muchas parejas asumen que el litigio es la única forma de resolver un divorcio, pero existen otras opciones menos confrontativas y más económicas, como la mediación. Explora todas las opciones de resolución disponibles y elige la que mejor se adapte a tus necesidades y circunstancias. Un enfoque colaborativo puede ayudar a minimizar el estrés y llegar a acuerdos mutuamente satisfactorios.

        5. No cuidar tu bienestar emocional: El proceso de divorcio puede ser abrumador emocionalmente, y muchas personas descuidan su bienestar emocional mientras se centran en los aspectos legales y financieros del proceso. Es importante priorizar tu salud mental y buscar el apoyo adecuado para atravesar este momento difícil. No tengas miedo de pedir ayuda si la necesitas. Busca el apoyo de amigos, familiares o un profesional de la salud mental para ayudarte a gestionar el estrés y las emociones asociadas al divorcio.

        El proceso de divorcio puede ser desafiante, pero evitando estos errores comunes y buscando el apoyo adecuado, puedes navegar por él de manera más efectiva y minimizar el impacto negativo en tu vida y la de tus hijos. Recuerda que siempre puedes contar con la ayuda de un abogado especializado en divorcios para guiar y representarte a lo largo del camino.