Skip to main content

Los MASC: la nueva cultura del acuerdo en la Justicia


En España estamos viviendo un cambio silencioso pero profundo en la manera de entender la Justicia. Hasta ahora, el camino natural de cualquier conflicto era el juzgado. Hoy, gracias a la Ley Orgánica 1/2025 de medidas de eficiencia del Servicio Público de Justicia, se abre paso un nuevo escenario: los MASC, los Medios Adecuados de Solución de Controversias.

¿Qué son y cómo funcionan?

Los MASC abarcan distintos métodos, desde la mediación y la conciliación hasta la negociación directa entre abogados, el derecho colaborativo, la oferta vinculante confidencial o incluso el dictamen de un experto independiente. Todos ellos comparten un principio común: el diálogo. En algunos casos interviene un tercero neutral, en otros son las partes —con o sin abogados— quienes buscan un entendimiento.

El objetivo es claro: reducir la saturación de los juzgados, abaratar costes y, sobre todo, ofrecer soluciones más rápidas y ajustadas a la realidad de quienes están en conflicto.

Una Justicia más humana

Los defensores de este nuevo modelo insisten en que no se trata de sustituir a los tribunales, sino de complementarlos. Los MASC aportan confidencialidad, flexibilidad y menor desgaste emocional. Son especialmente útiles en ámbitos sensibles como el familiar, donde preservar la relación entre las partes es tan importante como resolver el litigio. También se están aplicando con éxito en arrendamientos, reclamaciones de cantidad, conflictos vecinales y disputas empresariales.

Obligatorios antes de demandar

La novedad de la Ley 1/2025 es que acudir a un MASC se ha convertido en un requisito previo para poder presentar demanda en la jurisdicción civil y mercantil. Existen excepciones —por ejemplo, en casos de filiación, tutela de menores o derechos fundamentales—, pero en la mayoría de pleitos es imprescindible demostrar que se ha intentado un acuerdo.

Una apuesta por la paz social

El trasfondo de esta reforma es más ambicioso que la simple descongestión de los juzgados. Los MASC buscan instaurar una nueva cultura jurídica y social: la de la concordia. No en vano, Naciones Unidas los relaciona con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16, que promueve instituciones más justas, inclusivas y pacíficas.

Como recuerda el preámbulo de la ley, antes de entrar en el templo de la Justicia debemos pasar por el de la concordia. Y eso, en una sociedad crispada y con tribunales desbordados, puede marcar la diferencia.

Desde el mes de junio de 2025 -y tras el correspondiente curso habilitador- soy Conciliador habilitado, ocupándome de asuntos de tipo civil y de familia.

Violencia de género y cómo afecta al procedimiento de divorcio

Violencia de género y cómo afecta al procedimiento de divorcio

Violencia de género y cómo afecta al procedimiento de divorcio

En un caso de violencia de género, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer será el competente para conocer del divorcio. Esto será así hasta que se archive la causa penal o bien el autor extinga su responsabilidad penal tras haber sido condenado. Por tanto también será competente el Juzgado de Violencia sobre la Mujer para los posibles procedimientos de modificación de medidas o de ejecución.

En el caso de que un divorcio ya ha sido iniciado ante un Juez de Primera Instancia, salvo que se encuentre en fase de juicio oral, éste deberá inhibirse en favor del de Violencia. Si se presenta una denuncia y el procedimiento sigue adelante (no se sobresee), será competente el de Violencia.

Imposibilidad de obtener la guardia y custodia compartida en casos de violencia de género. El sistema de guarda y custodia compartida se ha convertido en el sistema normal e incluso deseable, y que con el paso del tiempo se ha configurado jurisprudencialmente como el más adecuado. Sin embargo el artículo 92.7 del Código Civil establece que no procederá la guarda conjunta cuando cualquiera de los progenitores esté incurso en un proceso penal iniciado por intentar atentar contra la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e indemnidad sexual del otro cónyuge o de los hijos que convivan con ambos. Tampoco procederá cuando el juez advierta, de las alegaciones de las partes y las pruebas practicadas, la existencia de indicios fundados de violencia doméstica o de género.

Las medidas de carácter civil que se acuerden en la orden de protección actuarán como medidas provisionales en el procedimiento de divorcio. Si en la causa penal por violencia se dicta una orden de protección, la misma contendrá una serie de medidas de carácter civil en caso de estar casados o de existir menores. Esas medidas tienen una vigencia provisional de 30 días, plazo que se ampliará si antes de que se cumpla se presenta una demanda de divorcio. Con la presentación de la demanda de divorcio esas medidas civiles de la orden de protección se convierten en las medidas provisionales que regirán hasta que se dicte sentencia en el divorcio.

Estas son sólo tres de las múltiples formas en las que un asunto de violencia de género afecta al procedimiento de divorcio. Por ello es importante contar con el asesoramiento de un abogado que se ocupe del ámbito civil y penal.